Más allá de los pixeles
(14 de agosto del 2023)
(14 de agosto del 2023)
Por: Nícolas Abad Espinoza Valenzuela
En la era moderna, los videojuegos han dejado de ser meras formas de entretenimiento para convertirse en un poderoso medio de expresión artística. Más allá de los gráficos impresionantes y la jugabilidad cautivadora, los videojuegos han encontrado un espacio para abordar temas políticos y sociales relevantes. Con el paso del tiempo, estos han evolucionado y se han convertido en una plataforma para transmitir mensajes políticos, desafiando los estereotipos y explorando temas complejos de manera interactiva. Al igual que otras formas de arte, los videojuegos tienen el poder de reflejar y cuestionar la realidad, así como de fomentar la empatía y la reflexión. Al sumergirnos en estas narrativas interactivas, nos enfrentamos a dilemas morales, decisiones difíciles y a la oportunidad de experimentar diferentes perspectivas. A través de estos, podemos ser testigos de la representación de temas como la lucha por la libertad, el poder, la corrupción, etc.
En esta columna, analizaremos ejemplos concretos de videojuegos que han abordado cuestiones políticas de manera efectiva, examinando cómo han influido en la cultura y cómo han generado debates significativos en la sociedad. Además, reflexionaremos sobre la responsabilidad de los desarrolladores de videojuegos y los desafíos a los que se enfrentan al intentar equilibrar el entretenimiento con la representación precisa y ética de temas políticos.
Cyberpunk 2077
Al hablar de este título nos es muy fácil recordar todos los problemas de optimización y rendimiento que tuvo en su lanzamiento, pero ello no debería omitir lo que significa realmente Night City: pobreza, violencia y delincuencia. Los desarrolladores plasmaron un mundo donde la tecnología no acortó las brechas sociales y económicas, sino que las agravó a tal punto que las personas cometen atrocidades por una mejora biónica. Este panorama incluso se manifiesta en las mecánicas de grindeo, con el cual está obligado a matar, robar y más, repetitivamente, para conseguir mejoras o puntos de experiencia. Si bien es cierto que este juego no es completamente original -puesto que toma las predicciones fatalistas cyberpunks- es necesario mencionar que su representación de una ciudad distópica nos hace conscientes de lo que vivimos los latinoamericanos día a día. Está claro que su historia no desarrolla todo su potencial por los bugs y otros problemas, pero tampoco es justo calificar a esta misma o la ambientación de mediocre por problemas que no le competen. Considero este juego un total desperdicio de oportunidad, aunque se remedió parcialmente por la salida de su serie Cyberpunk Edgerunners en Netflix. Como futuro politólogo, me resulta inquietante cómo desarrollan la trama y el entorno porque es una situación con no pocas posibilidades de realizarse. Considero que, en caso CD Projekt Red decida arreglar su juego, todos quienes disponemos de una consola Next Gen, Old Gen o PC podamos darle una oportunidad.
Far Cry
La saga Far Cry es un emblema dentro de Ubisoft, aunque la crítica últimamente considera que sus lanzamientos, desde el Far Cry 3, son clónicos. Al margen de su calidad, lo sustancial para la presente columna es su universo. Esta franquicia se caracteriza por situarnos en medio de un pueblo alejado o país que vive una situación de conflicto constante, teniendo el protagonista que reunirse con la resistencia local en contra de la tiranía del gobernante. Similar a las dictaduras que vivió la región durante el siglo XX, el estudio francés nos sitúa en un panorama donde el pan de cada día es ver a tu familiar o ser querido, secuestrado o asesinado sin razón aparente. La arbitrariedad del antagonista se corresponde con la brutalidad de sus actos al tener zonas fortificadas donde, dependiendo del grado de dificultad, los enemigos serán más numerosos o estarán mejor armados. Situándonos específicamente en Far Cry 4 nos encontramos con una mecánica interesante cuanto menos: el crafteo (fabricación) de equipamiento. Al tener que buscar los elementos necesarios para conseguir ciertas mejoras, el juego te invita a conocer más sobre la geografía y costumbre de la gente que lo habita. Por último, es de destacar que se tomaron el tiempo de conocer más acerca de la cultura que buscan adaptar al diseñar niveles donde se centran en la mitología e idiosincrasia de las personas, dándole un toque más especial a la entrega.
Spec Ops: The Line
Siendo este un juego de culto, no es de sorprender que este juego en particular pueda suscitar ciertas reacciones confusas por su manera de presentar el problema y desarrollar las mecánicas. Explicar sobre los detalles que tiene me llevaría horas, por lo que me limitaré a contar sobre su historia y ciertas cosas que dan una perspectiva totalmente diferente a lo que nos tienen acostumbradas sagas como Call of Duty o Battlefield: la guerra no es divertida. Nos transportan a Dubai, país que ha sufrido los estragos que dejó una tormenta de arena. Dicho fenómeno natural ha generado un caos total en la población: los denominados Malditos del 33 se encuentran en una disputa contra la CIA por el poder local, mientras que existen grupos armados, las manos de diversos militares que buscan imponer su visión sobre lo que se debe realizar. A través de la historia nos presentan situaciones donde la moralidad de Walker -el protagonista- es puesta en tela de juicio. Sin intención de caer en spoilers, la narrativa se centra en esas ocasiones donde uno no sabe cómo reaccionar y juega con las bases éticas del jugador. Además, la crítica no es simplemente hacia otras sagas que buscan divertir a los espectadores con algo tan delicado como la guerra, sino también el papel que tiene Estados Unidos en el Oriente con todas sus incursiones militares. Particularmente es la entrega que más me ha chocado en general, puesto que es fácil repudiar el accionar del personaje principal, pero al final de cuentas es el personaje un reflejo de lo que el jugador es o se ha convertido a razón de su insensibilidad. Se puede explayar y diseccionar más este juego con su pantalla de inicio, las alucinaciones, las ejecuciones, etc., pero se puede entender la importancia que tiene este título con esas pocas líneas. Invito al lector a que se anime a investigar sobre este juego, puesto que no hay pierde alguno con todo lo que tiene para ofrecer.
Conclusión
En conclusión, los videojuegos han demostrado ser una poderosa herramienta para transmitir mensajes políticos y promover la reflexión social. A través de su narrativa, personajes y entornos, estos juegos pueden abordar temas complejos y controvertidos, permitiendo a los jugadores explorar y cuestionar diversas ideologías y realidades. Es esencial que, como jugadores, críticos y analistas, estemos dispuestos a examinar estos mensajes políticos, comprendiendo tanto sus intenciones como las implicaciones que pueden tener en nuestra sociedad. Los videojuegos no solo son una forma de entretenimiento, sino también un medio de expresión artística y cultural que refleja y cuestiona los aspectos políticos de nuestro mundo. Al estudiarlos, podemos ampliar nuestra perspectiva, desarrollar un pensamiento crítico y fortalecer nuestro compromiso cívico. A medida que la industria continúa evolucionando, es fundamental reconocer el potencial que tienen los videojuegos para fomentar el cambio.