¿QUÉ ES SER UN CAVIAR?
Por: Angela Ochoa
Por: Angela Ochoa
El término caviar no nace de la derecha; no, aunque lo hayas leído en Wayka. El término caviar fue popularizado por la izquierda comunista francesa de los años 80 (en el gobierno de Francois Mitterrand) a los jóvenes de linaje burgués y con formación universitaria, a las personas finas aparentemente intelectuales con ideas de una izquierda a la que según el marxismo solo pueden ser titulares los que tienen conciencia de clase, que es a su vez determinada por el ser social, es decir un sindicalista, un hijo de trabajadores.
Es decir, un caviar, como concepción primigenia, es un bourgeois boheme, una persona que, no conociendo de manera real y vivencial los problemas de un proletario, se arroga ser el conocedor único, titular de entendimiento y representación del mismo, un radical chic como diría Tom Wolf, un niño bien que se porta mal.
Sin embargo, esta forma de concebir al caviar no es exclusiva de Francia, donde inició como Gauche Champagne o Gauche Caviar (1968 en la famosa Revolución de mayo y mucho después estableciéndose en el gobierno de Mitterrand); se ha actualizado con variantes por doquier y al parecer en todos los rincones del mundo, llamados en Inglaterra como los Champagne Socialist, en Brasil como Esquerda Ballantines, en Chile, Red Set (más recientemente Whiskierda o Cuico progre); en Suiza como los Toscana Zosi o en Estados Unidos como los Radical Chic (usado por Tom Wolf en una muy representativa anécdota sobre la clase alta neoyorquina y el líder radical negro de The Black Panters).
Y llegamos a Perú, donde ya en el inicio de los 90 se empezaba a usar "izquierda caviar" como referente del “que sabe vivir como aristócrata, pero saca provecho de un supuesto compromiso social” (Martha Hildebrant en Peruanismos), pero instaurado como adjetivo desde el 2000 ya con una definición más precisa, peruanísima y como no podía ser de otra manera, con el realismo que solo la sorna de Herbet Mujica (2004) puede capturar:
“La izquierda caviar peruana, se ha enriquecido con puestos públicos. Por tanto, es presupuestívora. Su afán no es revolucionario, por el contrario, sólo desea conservar la pitanza y la limosna que les otorga, por méritos que no tienen, un gobierno desacreditado por ellos mismos, gracias a su mediocridad social indiscutible. (…) Organizan conferencias en las que repiten monsergas de hace treinta años, siempre y cuando, el billete verde de su archienemigo Estados Unidos, esté presente para financiar sus múltiples engaños colectivos a lo largo y ancho del país”.
Es decir, ideólogos proletarios con – muy numerosos- deslices aristocráticos, que toman champaña y pastel charlando del socialismo mientras los otros mueren de frío y hambre, parafraseando a Alexander Herzen, pero sobre todo, la última característica -y esta es más reciente en nuestro país- sería la falsaria apropiación del correctismo, de la dignidad y la decencia que solo ostentan ellos –somos la reserva moral, dicen-, titulares ya no de la conciencia de clase proletaria sino de la verdad absoluta y el iluminismo ilustrado que salvará al Perú.
¿Les parecen conocidas las referencias? Pero muy alejados de los pensadores de antaño, llamados como los huevos del fino pez esturión, representados por personajes ilustres que al menos vale la pena leer por cultura o investigación, los caviares peruanos han desvalorizado a una intelectualidad al nivel de la huevera de una cojinova.